Aproximación a las tendencias globales del mundo pospandemia: ¿Hacia dónde vamos?
Es imprescindible acercarnos a delimitar cuáles podrían ser las orientaciones principales de un “nuevo orden internacional”
Profesor e Investigador del CEHSEU y Coordinador Académico de la REDINT
El impacto devastador de la COVID – 19 a escala mundial ha incrementado el debate entre académicos, analistas y políticos sobre las posibles tendencias globales que caracterizarán al mundo en el corto y mediano plazo. Varios tanques pensantes, centros de estudios e instituciones gubernamentales de diferentes países han realizado modelaciones y estimados sobre los escenarios que podrían configurarse.
Los resultados de estas investigaciones han evidenciado dos hallazgos fundamentales: 1) no es posible determinar con certeza cuáles podrían ser los principales rasgos que caracterizarán al entorno global hacia el futuro y 2) la volatilidad del entorno internacional, la complejidad y la incertidumbre constituyen elementos inherentes a la dinámica de funcionamiento del sistema internacional.
Teniendo en cuenta estos elementos, aunque el ejercicio de aproximarnos a delinear las posibles tendencias del mundo pospandemia resulta muy complejo, también es imprescindible acercarnos a delimitar cuáles podrían ser las orientaciones principales de un “nuevo orden internacional”. Para avanzar en el cumplimiento de ese propósito, es necesario partir de algunas premisas claves:
1) La COVID – 19impactó a un escenario internacional caracterizado por profundos problemas globales. La resultante fue una especie de “colisión devastadora” que aceleró las fallas y contradicciones estructurales de un sistema mundo en crisis.
2) Los estados naciónfueron sorprendidos por una pandemia sin precedentes y no contaron con la capacidad para enfrentarla. Los mecanismos y normas establecidas para la cooperación internacional no funcionaron en un contexto permeado por las disputas geopolíticas entre las principales potencias y la conflictividad a escala global.
3) El futuro es imposible predecirlo por tres razones fundamentales: la profunda complejidad de la situación internacional actual que involucra múltiples factores y actores que se interrelacionan simultáneamente, por el alto nivel de incertidumbre sobre el alcance y consecuencias de la COVID – 19 y por el desconocimiento de las diferentes estrategias y políticas que se implementarán por parte de la comunidad internacional como respuesta al «nuevo desorden mundial».
Por lo tanto, debemos asumir con responsabilidad que siempre que pensamos y visualizamos cómo será el mañana desde la actualidad, solo nos queda concluir que debemos aproximarnos a un futuro múltiple no lineal, y lo más importante, no se puede predecir porque es algo que sencillamente se construye desde el presente.
En ese sentido, debemos partir de la premisa que esa representación que llamamos futuro es el resultado final de la interacción en diferentes niveles y grados de complejidad de tres variables fundamentales: factores, actores y eventos. En esencia, las múltiples combinaciones de relaciones que se desarrollen entre ellas se expresarán en tendencias globales.
Los factores determinantes o “motores de cambio”.
En ese sentido, hay un grupo de factores principales que podrían determinar la configuración del futuro a corto y mediano plazo. Todos tienen como elemento común que la pandemia le ha impuesto un ritmo acelerado a su comportamiento y efectos. Al respecto, sobresalen los siguientes:
- El impacto de la COVID – 19 a nivel internacional en sus dimensiones económicas, financieras y comerciales.
- El alcance y profundidad de las problemáticas internas de diversa índole tanto en los países subdesarrollados, desarrollados y en las potencias mundiales.
- Las manifestaciones de problemas globales de alto impacto vinculados a la destrucción del medio ambiente, la escasez de fuentes no renovables de energía, la crisis alimentaria y la proliferación de enfermedades y pandemias.
- El comportamiento de las tendencias nacionalistas, populistas y supremacistas a nivel mundial y su capacidad para convertirse en el fundamento ideológico de políticas gubernamentales.
- La evolución de los principales temas de seguridad internacional y su expresión en los diferentes conflictos intraestatales, bilaterales y regionales.
- El nivel de profundidad de las contradicciones como resultado de la disputa geopolítica en múltiples dominios (económico, militar, tecnológico, ideológico y en el espacio) de Estados Unidos con Rusia y China, así como el proceso de reconfiguración del sistema de alianzas estratégicas mundiales.
- El alcance de las transformaciones de la actual “arquitectura” de la institucionalidad internacional representada por el Sistema de Naciones Unidas y los mecanismos de integración o concertación a nivel global, regional o subregional.
- La capacidad de las fuerzas de izquierda, movimientos progresistas y otros actores para posicionarse, consolidarse y establecerse como gobiernos sostenibles y perdurables al promover un modelo alternativo de desarrollo diferente al del denominado modelo de capitalismo salvaje y neoliberal.
- La efectividad de la respuesta de los diferentes actores internacionales a la crisis estructural sistémica a escala planetaria.
Todos estos factores están interrelacionados entre sí y se pueden expresar con mayor o menor intensidad en dependencia de si experimentan un ascenso o un declive bajo determinadas condiciones. Aunque algunos están más vinculados a procesos objetivos como pueden ser las dinámicas económicas, financieras y comerciales, otros dependen del comportamiento de los actores que están incidiendo permanentemente en el entorno internacional.
Los actores claves o “fuerzas motrices”.
Resulta imprescindible esbozar aquellos actores que podrían incidir con mayor impacto en el “mundo pospandemia”. En ese sentido, habría que destacar los siguientes:
- Las grandes potencias mundiales: Estados Unidos, China y Rusia por su posicionamiento estratégico a nivel global tendrán una influencia determinante en las principales tendencias internacionales, lo que estará condicionado por sus respectivas estrategias de política exterior y seguridad que responderán a preguntas claves como: ¿qué papel y lugar debo desempeñar en el nuevo escenario mundial? ¿cuáles son mis prioridades? ¿cuáles son mis principales amenazas? ¿cómo emplearé los instrumentos de mi poderío nacional (económico, diplomático, militar, ideológico, tecnológico, etc?.
- Compañías transnacionales de impacto global: Los grandes consorcios que representan la élite corporativa en sus diferentes áreas productivas y de servicios tendrán un peso fundamental en la adopción de medidas que pueden ir desde variantes para amortiguar parcialmente la crisis hasta la profundización de los problemas globales.
- Las instituciones internacionales: El Sistema de Naciones Unidas y los diferentes mecanismos, estructuras y foros de concertación económica, política y en materia de seguridad a diferentes niveles y en las respectivas áreas geográficas.
- La Unión Europea: Después del manejo desastroso de la pandemia como «bloque», se impone una profunda evaluación sobre sus mecanismos e instrumentos que podría conducir a replanteamientos estratégicos sobre el futuro de la Unión.
- Los estados nación con influencia regional: Dado que las manifestaciones de la crisis tienen sus efectos diferenciados en dependencia de las regiones globales, determinados países tendrán un papel significativo en esa escala.
- Los actores no estatales vinculados al terrorismo y a las modalidades del crimen organizado transnacional: Las características del entorno internacional creará condiciones favorables para que este tipo de actores incrementen sus actividades y como consecuencia se harán más visibles sus efectos nocivos a nivel global.
- Los movimientos y fuerzas políticas progresistas.
Todos estos actores, tienen un posicionamiento en la actualidad en el escenario internacional con diferentes grados de participación e influencia. Las relaciones entre ellos se manifiestan en varios niveles y existen espacios de cooperación y conflicto.
En cualquier caso, los aspectos para evaluar el comportamiento de estos actores están vinculados a tres elementos fundamentales: los objetivos que persiguen en el entorno global, los instrumentos que disponen para cumplirlos y las estrategias que adoptan.
Los eventos claves o transformadores
En el corto y mediano plazo hay que contemplar la posibilidad que ocurran eventos de alto impacto que acelerarían la manifestación de las tendencias internacionales y algunos podrían conllevar a nuevas crisis globales. En ese sentido, podría mencionarse:
- Resurgimiento del nuevo coronavirus o alguna mutación del mismo
- Manifestación de otros tipos de pandemias.
- Desastres naturales de gran alcance.
- Ataques cibernéticos con daños severos a las infraestructuras críticas de las grandes potencias.
- Acciones terroristas de envergadura contra países occidentales.
- Empleo de armas de destrucción masiva a diferentes escalas.
- Conflictos militares en áreas de influencia estratégica que involucre en diferentes modalidades medios y efectivos de Estados Unidos y Rusia (Medio Oriente) o Estados Unidos y China (Mar del Sur de China)
Acercamiento a las tendencias globales
La interrelación de los factores, actores y eventos identificados, podrían traer como resultado múltiples combinaciones de posibles futuros en el corto y mediano plazo, lo que conllevaría a un prolongado proceso de análisis de las diferentes variantes. No obstante, podrían esbozarse en líneas generales los principales rasgos que previsiblemente estarían presentes en cualquier representación o modelación de los próximos cinco años:
- Se experimenta un acentuado agravamiento de los principales problemas globales; profundos cambios económicos, políticos, sociales e ideológicos y un reforzamiento de las tendencias nacionalistas y populistas con expresiones de representatividad política en cargos públicos.
- Redefinición de los modelos de cooperación internacional y los mecanismos para enfrentar este tipo de eventos u otros de similar magnitud.
- Replanteamiento de las alianzas estratégicas a nivel global. La COVID-19 actúa como “detonante” en la configuración de un escenario con replanteos geopolíticos y nuevas formas de liderazgo globales en el que Estados Unidos pierde espacios de influencia y posicionamiento.
- Profundización de la actual crisis económica internacional. En particular, se estaría ante un escenario de prolongación ilimitada de una situación convulsa e inestable sin capacidad de los actores económicos para adoptar medidas que le permitan mitigar sus implicaciones negativas a escala mundial.
- Agravamiento de las principales problemáticas asociadas a la pobreza, disminución sustancial del acceso a la salud pública, la educación y a las políticas sociales con un fuerte impacto en los países subdesarrollados.
- El impacto devastador de la COVID – 19 en la situación interna de Estados Unidos en múltiples dimensiones provoca afectaciones a la proyección externa estadounidense, lo que contribuye a catalizar su progresiva y continuada pérdida de liderazgo internacional.
- Se profundiza el “repliegue forzado” de la hegemonía de Estados Unidos en el mundo a partir de su incapacidad para ejercer el liderazgo en los principales temas de la agenda internacional, lo que es apreciable a partir de la consolidación de China y Rusia.
- La brecha estratégica de Washington con Beijing y Moscú se reduce, en especial en las dimensiones económica, comercial, tecnológica y militar, lo que combinado con los rasgos del escenario internacional “pos pandemia” impone una dinámica sin precedentes para la proyección exterior estadounidense.
- La confrontación, la inestabilidad y la inseguridad internacional se incrementan. Sus manifestaciones de mayor intensidad están asociadas a: la disputa geopolítica de Estados Unidos con Rusia y China; conflictos intraestatales y bilaterales con implicaciones regionales y globales; el terrorismo, los flujos migratorios, el tráfico de drogas, las redes del crimen organizado transnacional, la proliferación de armas de destrucción masiva, los efectos del cambio climático, las epidemias y la militarización del ciberespacio.
- El fuerte impacto de la COVID – 19 en todas sus dimensiones también genera oportunidades para los actores que promueven un modelo alternativo al capitalismo neoliberal que ha evidenciado su rotundo fracaso, lo que podría conducir a que bajo determinadas circunstancias encuentren espacios de influencia en políticas gubernamentales, e incluso, puedan imponerse en los procesos electorales.
Las posibles tendencias principales del escenario global pospandemia constituyen la expresión de la compleja interrelación de factores, actores y eventos que tienen la capacidad orientar el comportamiento del sistema internacional que se nos presenta como un gran desafío esencial para la especie humana.
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