Bajo el prisma de la conflictividad actual, el estudio de los avance rusos en el Ártico y su impacto en la geopolítica internacional cobra vital importancia
Por Yosmany Fernández Pacheco
Ponencia presentada en el XV Seminario de Relaciones Internacionales ISRI 2024
Introducción
En los últimos años, la región del Polo Norte y del Océano Glacial Ártico, pese a su gélido clima se ha convertido en uno de los puntos de rápido calentamiento y experimentando una mayor descongelación. Haciéndola una zona que puede ser una salvación, sobre todo desde el punto de vista energético, pues posee petróleo, gas natural, además de estaño, manganeso, oro, níquel, plomo y platino. A lo que se suma su potencial como una rápida vía de comunicación entre Oriente y Occidente.
En este contexto y bajo el prisma de la conflictividad actual el estudio de los avance rusos en el Ártico y su impacto en la geopolítica internacional cobra vital importancia.
Desarrollo
Desarrollo de la presencia rusa en la región
Tras la llegada de Putin al gobierno, la política rusa hacia el Ártico adquirió una dimensión más asertiva, con el objetivo de fortalecer su poder militar y político para restaurar su imagen como potencia. Así pues, progresivamente se ha ido definiendo el Ártico como una zona estratégica para Rusia. En Agosto de 2007 dos mini-submarinos rusos, llevando a bordo nada menos que a Artur Chilingarov, vicepresidente de la Duma, se dispusieron a depositar una bandera rusa de metal a algo más de 4.200 metros bajo la superficie del mar. Con ese gesto Rusia sienta las bases de una reivindicación del lecho marino del Polo Norte, aduciendo que la cordillera marítima Lomonosov (punto estratégico, cuyo control garantiza también el dominio de la RMN) es una prolongación de la plataforma continental siberiana. La zona reivindicada por Moscú se extiende unos 1.2 millones de Km² y es inmensamente rica en hidrocarburos.
Un punto importante tuvo lugar en marzo de 2009, cuando se publicó oficialmente el documento “Fundamentos de la política estatal de la Federación Rusa en el Ártico hasta el año 2020”, la cual sería ratificada por el presidente en marzo de ese año hasta el 2035. Este documento establece cuáles son los grandes intereses de Rusia en el área, cómo tratar de conseguirlos y con qué plazos de actuación. En él, Rusia planeta su política en el Ártico desde dos enfoques divergentes: por un lado, la cooperación y, por otro, el rearme militar para defender su soberanía.
Cuestiones jurídicas
Al ser el Ártico una zona mayoritariamente de agua, no existe un tratado internacional que la proteja del desarrollo económico, como en el caso de la Antártida, en el Polo Sur, que está protegida de toda actividad económica y militar por un tratado firmado en 1959. Ello conduce a que una de las principales características es que constituye una fuente de conflictos ya que no está esclarecido y correctamente dividido jurisdiccionalmente entre países, al tiempo que no existen normas acordadas debidamente asumidas para establecer las fronteras. De hecho, entre los propios países vecinos existen problemas acerca de la ubicación de su frontera limítrofe.
En el caso del Ártico ha estado manteniéndose la primacía del Derecho Marítimo Internacional con la que se atiende a su condición de espacio oceánico helado. Los rusos quieren darle a la ruta del Norte un carácter internacional a condición de que se reconozca su soberanía sobre la misma.
Relación con alma rusa
Para Rusia el Ártico es un asunto importante de identidad nacional, así como una gran prioridad económica y de seguridad necesaria. Se ven a sí mismos como una Nación Ártica por lo que sus prioridades en esta parte del mundo están matizado por su sentir como Nación. De esa manera podemos analizar que el interés ruso en el Ártico podría tener un sentido que va más allá de la mera geopolítica.
Y aquí podemos referirnos a las posiciones dadas al sentir y la percepción de la seguridad del propio pueblo ruso. Este sentimiento es uno de los componentes de la mencionada Alma Rusa. El desarrollo de acciones geopolíticas sobre la base de su identidad, inherente al espacio ártico va de la mano de la percepción del peligro de un ataque por un área siempre cerrada al paso por las dificultades climáticas.
Desarrollo infraestructura civil y militar
El dominio de Rusia en el Ártico es indiscutible con sus capacidades de rompehielos, militares y de investigación que son superiores a las de otros países que operan en la región como Estados Unidos. Actualmente, Estados Unidos opera dos rompehielos:
Con este trasfondo, existe una tendencia y una apuesta política de Moscú hacía la mejora de las infraestructuras del Ártico. También existen importantes esfuerzos por reforzar las capacidades de tránsito aéreo por la zona.
Relaciones ruso-chinas en el Ártico
En un contexto de creciente rivalidad entre potencias, el Ártico plantea un nuevo escenario geopolítico donde nadie está dispuesto a perder. Como por ejemplo China, la cual ha abierto una estación de investigación en el Ártico y envió allí un rompehielos que antes trabajaba en la Antártida.
Todo este movimiento del gigante asiático se puede enmarcar en las fuertes relaciones entre Rusia y China. En diciembre de 2017, Putin invitó a Xi Jinping a conectar su Ruta de la Seda con la ruta del Ártico, generando así una mixtura que puede definirse como la Ruta Polar de la Seda (RPS). La invitación de Putin a Xi Jinping de 2017 se ha visto reforzada por acciones de cooperación militar
Conclusiones
El deshielo ártico conduce casi inexorablemente a la aparición de nuevas rutas comerciales. A lo que se añade que bajo las gélidas aguas se espera encontrar el 25% de las reservas no exploradas de hidrocarburos. Lo que lo hace una zona que atrae a muchos, con o sin fronteras a sus gélidas aguas.
En el caso del Ártico tenemos que no está esclarecido y correctamente dividido jurisdiccionalmente entre países, al tiempo que no existen normas acordadas debidamente asumidas para establecer las fronteras. Esto ha estado las relaciones entre los propios países vecinos sobre la ubicación de su frontera limítrofe para el mayor aprovechamiento de sus recursos. A pesar de ello Rusia siempre ha enfatizado la importancia de las reglas internacionales y siempre ha trabajado de acuerdo con ellas, y de trabajar en cooperación en el área.
La nueva circunstancia, provocada por el calentamiento global, lo que haría temer a los rusos que la OTAN aprovecharía la desaparición de esa barrera natural para hacer lo que ya ha venido haciendo en Europa del Este, o en el Báltico. De ahí que Moscú considere prioritario defender su última frontera y la seguridad de esta región es para el gigante euroasiático una cuestión que tiene profundas raíces en sus sentires y percepciones como Nación. En tal sentido la geopolítica de Rusia en el Ártico tendría que analizarse bajó el prisma del Alma Rusa.
En un futuro breve es previsible que se acentúen las tensiones entre los países limítrofes del Ártico. Primeramente en una lucha por la definición de las fronteras de demarcación entre los diversos países vecinos afectados, a lo que hay que tener en cuenta la pretensión de países alejados geográficamente de acceder a los recursos de la zona, como es el caso de China. También los conflictos corresponderán a cómo y quién aprovecharía de una mejor manera los recursos que la región ofrece.
Aunque las sanciones impuestas contra Rusia por los países occidentales pueden poner en riesgo algunos de los esfuerzos programados, lo cierto es que el compromiso hasta ahora demostrado y la posibilidad de equilibrar en parte la presencia internacional en la región permiten considerar que Rusia seguirá siendo el actor por antonomasia en el Ártico en los próximos años.
Recomendaciones
Sería muy factible profundizar en el estudio de las cuestiones relacionadas al desarrollo del comercio vía ártica. Siendo esto un eslabón importante dentro de los movimientos geopolíticos en la zona. Existen varias investigaciones al respecto que pueden contribuir al análisis de un escenario donde se enmarcan los conflictos en la región.
Unido a ello es importante valorar los impactos medioambientales que se muestran en Ártico. Así como la pertinencia de acuerdos bien establecidos entre los países participantes en la región. Aquí se puede tener muy en cuenta los avances en tal sentido llevados a cabo por la Federación de Rusia.
BIBLIOGRAFIA
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