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Tema: Relaciones Cuba-Estados Unidos

¿Quién es el nuevo jefe de la Embajada de Estados Unidos en La Habana?

Todavía hay espacio para que se imponga la racionalidad y la convivencia civilizada. De existir la necesaria voluntad política, esta puede ser una buena oportunidad

Profesor e Investigador del CEHSEU

Hace apenas unas horas, varios medios de prensa comenzaron a divulgar que la Embajada de Estados Unidos en La Habana tiene un nuevo jefe. La sede estadounidense está siendo dirigida por Benjamín Ziff, quien es un diplomático de carrera con 34 años de trabajo en el servicio exterior. De acuerdo a su biografía oficial que aparece en el sitio web del Departamento de Estado, tiene una amplia experiencia en diplomacia pública en varios países y durante su cargo anterior tuvo importantes responsabilidades asociadas a la temática migratoria en nuestra región.

Ziff nació en el estado de California en la década de los años 60 y estudió Ciencias Políticas en la Universidad Estatal de California en Long Beach entre 1980 y 1985. Posteriormente, realizó una Maestría en Relaciones Internacionales en la Universidad Privada Tufts en Massachusetts. Después de dos años de estudios, ingresó en el Departamento de Estado en 1988 cuando faltaba poco tiempo para que culminara la Guerra Fría. 

Su primera misión diplomática fue en la Embajada de Estados Unidos en Australia y lo asignaron al área de diplomacia pública en la que comenzaba a especializarse. Por lo tanto, su trabajo estaba enfocado en la promoción de la cultura y valores estadounidenses, así como en potenciar los vínculos con diferentes sectores de la sociedad australiana para influir y consolidar la hegemonía de Washington. Después, cumplió misiones en Israel, Panamá y Perú siempre ejerciendo la labor vinculada a la diplomacia pública. 

Durante toda la década de los años 90 y hasta principios de los años 2000, Ziff se dedicó ininterrumpidamente a la especialidad de promover la imagen estadounidense en el mundo ante los diferentes actores sociales que eran objeto de su labor de influencia diplomática. En el año 2003, comienza sus estudios en el National War College en Washington DC, institución que tiene como misión “educar a los futuros líderes de la Fuerzas Armadas, el Departamento de Estado y otras agencias civiles en políticas de alto nivel” vinculadas a la seguridad nacional. Culminó la Maestría en Liderazgo Estratégico y Militar en el 2004 siendo reconocido entre los mejores graduados. 

Teniendo en cuenta que sus últimas experiencias en el servicio exterior fueron en América Latina y el Caribe, fue designado en junio del 2004 como Subdirector de la Oficina de Asuntos Centroamericanos. En ese cargo, se desempeñó durante 2 años y unos meses hasta que fue asignado como Consejero para Asuntos Públicos en la Embajada de Estados Unidos en Venezuela. Ziff arribó a Caracas en agosto del 2006 en plena campaña presidencial que culminó con una clara victoria de Hugo Chávez contra Manuel Rosales, entonces gobernador de Zulia. En el país suramericano, el diplomático estadounidense se dedicó a dirigir la oficina de diplomacia pública que en aquellas circunstancias y dada la naturaleza de las relaciones entre ambos países, sus acciones estuvieron orientadas a lo que en el lenguaje estadounidense denominan “promover la sociedad civil y las instituciones democráticas”. En la práctica es evidente cuál fue su rol detrás de ese eufemismo. 

Su estancia en Venezuela culminó en junio del 2009, lo que significó casi tres años de su carrera. Al terminar la misión, sus jefes en el Departamento de Estado le otorgaron el premio Edward R. Murrow que constituye el mayor reconocimiento que otorga esa instancia gubernamental en el área de la diplomacia pública. En pocos meses, lo envían también como Consejero de Asuntos Públicos a la misión estadounidense en Roma donde estuvo durante 3 años enfocándose en los programas de intercambios educacionales y culturales entre ambas naciones.

Posteriormente, el mismo mes que terminó en Italia en agosto del 2012 fue asignado a la Embajada de Estados Unidos en Bagdad siendo Ministro Consejero para Asuntos Públicos. En este cargo, estuvo durante un año y constituyó el paso previo para que fuera promovido a Segundo Jefe de misión en Colombia. Ziff llega a Bogotá en agosto del 2013 y atiende directamente la cooperación en temas de seguridad, en especial el enfrentamiento al narcotráfico. Durante sus 2 años en esa nación, dirigió a los representantes de secretarías y agencias estadounidenses especializadas como el Departamento de Defensa, Departamento de Seguridad Interna y la DEA.

En agosto del 2015, fue promovido a la responsabilidad de Subsecretario de Estado Adjunto de la Oficina de Asuntos Europeos y Euroasiáticos. Desde ese cargo, dirigía las actividades de diplomacia pública en esa área y las relaciones bilaterales con Islandia, Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca, así como con Estonia, Letonia y Lituania. En ese puesto estuvo alrededor de dos años, hasta que a mediados del 2017 lo envían como Segundo Jefe de Misión a España donde estuvo casi todo el período de gobierno de Donald Trump.

En septiembre del 2020 en plena campaña electoral por la presidencia estadounidense, lo designan como miembro principal del Departamento de Estado para el German Marshall Fund de Estados Unidos donde trabajó en las relaciones entre Estados Unidos y Europa, así como en el restablecimiento de la relación transatlántica. En abril del 2021, tres meses después de la llegada de Biden a la Casa Blanca, es nombrado Director del Grupo de Trabajo sobre Migración en la Oficina del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado. Su misión fundamental era coordinar los esfuerzos para manejar la emigración irregular hacia la frontera sur estadounidense. En esa labor, estuvo hasta el 14 de julio pasado cuando fue designado para su actual responsabilidad en La Habana.  

Esta última experiencia de Ziff durante 1 año y 3 meses al frente del equipo de trabajo responsable de gestionar, a nivel político, el flujo de emigrantes hacia Estados Unidos, necesariamente lo involucró en el proceso de toma de decisiones hacia Cuba al ser el factor migratorio un tema clave en la agenda bilateral. Por lo tanto, aunque en su trayectoria como diplomático no ha estado vinculado directamente a la Isla, en estos últimos meses es altamente probable que haya participado con intensidad en los análisis sobre el impacto de la emigración de cubanos en las relaciones bilaterales.  

Esta designación ocurre en un contexto en el que Washington debe, de manera gradual, comenzar a implementar varias de las medidas anunciadas el pasado 16 de mayo, en especial, las que están vinculadas a la temática migratoria que constituyen la prioridad. Adicionalmente, no cabe dudas que Ziff es un experto en diplomacia pública a lo que ha dedicado prácticamente sus más de 30 años en su carrera profesional en diferentes escenarios internacionales, incluyendo países de América Latina y el Caribe.

En este sentido, el gobierno de Biden ha declarado públicamente su interés en que su sede en La Habana incremente la interrelación e influencia hacia la “sociedad civil cubana”, lo que implica indiscutiblemente un fortalecimiento de su staff. El perfil de Ziff encaja perfectamente en esta concepción y desde la visión estadounidense podrían estar visualizando su designación como una oportunidad para potenciar este tipo de actividades que pueden ir desde la promoción abierta y burda del “cambio de régimen” hasta acciones que potencien verdaderamente el intercambio cultural, académico y científico, entre otras áreas de interés común.

Está en manos del gobierno estadounidense el papel que le asignará a su nuevo jefe de misión a través de las instrucciones que traiga y reciba de Washington. Está por ver si se impone la lógica del genuino interés nacional que abriría el camino a la tan necesaria recomposición de los vínculos bilaterales sin renunciar a la diplomacia pública estadounidense o si persiste la política de máxima presión que solo conduce a un callejón sin salida donde los más afectados son ambos pueblos. Todavía hay espacio para que se imponga la racionalidad y la convivencia civilizada. De existir la necesaria voluntad política, esta puede ser una buena oportunidad.

Tomado de Contexto Latinoamericano

http://www.contextolatinoamericano.com/site/article/quien-es-el-nuevo-jefe-de-la-embajada-de-estados-unidos-en-la-habana

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