El Golpe de Estado contra Venezuela y las continuas manifestaciones agresivas como el reciente ataque a la Hidroeléctrica del Guri, Estado Bolívar, que afectó a los veinte y tres estados del país y a la ciudad capital, es obra de la Guerra Híbrida desarrollada
Elio Perera Pena
El Golpe de Estado contra Venezuela y las continuas manifestaciones agresivas como el reciente ataque a la Hidroeléctrica del Guri, Estado Bolívar, que afectó a los veinte y tres estados del país y a la ciudad capital, es obra de la Guerra Híbrida desarrollada, entre otros, por teóricos como el almirante estadounidense Kurt Walter Tidd, y que busca subvertir el régimen venezolano.
Para ello continúan profundizando desde centros pensantes estadounidenses en operaciones psicológicas encaminadas a desmoronar los cimientos de los poderes públicos venezolanos. Una de esas manifestaciones más agresivas ha sido constante desde antes de las elecciones del 28 de julio, el llamado a la deserción de militares a través de las Plataformas Sociales y otros medios, así como las amenazas de muerte y acosos a miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y sus familiares.
Frente a esos intentos fallidos el Gobierno Bolivariano ha activado los Planes Operativos previstos para situaciones de emergencia, Plan República y recientemente Plan Centella, para proteger y acompañar a la ciudanía en el disfrute de su vida cotidiana.
Precisamente como los sectores reaccionarios al servicio del Complejo Militar Industrial no han obtenido sus propósitos es de esperar la intensificación de acciones psicológicas provocadoras con el objetivo de alterar las emociones de los venezolanos y de cercenar su pensamiento hasta que cada individuo se debata entre la necesidad de la paz civilizatoria ofrecida por el Gobierno o el apoyo a los sectores extremistas de la derecha radical.
El reciente ataque al Complejo del Guri buscaba el objetivo de destruir completamente el sistema eléctrico venezolano y que se avivaran nuevas guarimbas (protestas agresivas y delincuenciales callejeras). Baste señalar que desde las instalaciones del Guri se abastece directamente a más del 62% de la energía eléctrica requerida por Venezuela.
El actual Complejo Militar Industrial contempla al sector de las empresas corporativas, el sistema financiero bancario, medios de comunicación y contratistas militares privados en un entramado sostenido por el Departamento de Defensa, Tanques Pensantes y otros centros de pensamiento, así como Organizaciones No Gubernamentales y los Grupos de Operaciones Psicológicas con la labor directiva de los Servicios de Inteligencia.
El Plan de provocaciones ha demostrado la existencia de varias fases que intensifican las agresiones en dependencia de la respuesta recibida; por lo que es importante la acción del Gobierno de Nicolás Maduro frente a las provocaciones que se sostendrán en el tiempo.
Las acciones desestabilizadoras se sostienen en el plano político, en la esfera militar y en la “Tercera Vía” a través de operaciones psicológicas (tal y como las denominó en la Asamblea Nacional, Samuel Moncada, el embajador venezolano ante Naciones Unidas). En las condiciones actuales de esas operaciones contra Venezuela, no se trata solamente de acciones psicológicas simples para después convertirlas en operaciones psicológicas complejas, sino que actualmente asumen las funciones de Operaciones Militares de Gran Profundidad en cuanto a operatividad y maniobrabilidad de fuerzas desestabilizadoras.
Remarcamos por tanto que en la intensificación de las agresiones contra Venezuela ya no se cumple exactamente lo aparecido en varios documentos estadounidenses acerca de incrementar las medidas de sanciones para no intervenir con fuerzas militares, sino que nos atrevemos a plantear que actualmente están interviniendo en el orden militar con la característica esencial (e inteligentemente pensada ante las consecuencias) de no emplear un soldado tradicional. En este caso los soldados son componentes técnicos, psicológicos, mediáticos, corporativos y de otros tipos cuya peligrosidad los hace mucho mayor.
Entre los principales elementos de la desestabilización planificados para ejecutar como parte del Golpe de Estado, y expuestos en un Plan por Mark Feierstein, ex director principal de Asuntos del hemisferio occidental del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, y asistente especial presidencial, se encuentran:
El propio Feierstein y otros analistas esbozaron en los días previos al Golpe de Estado, y los han reiterado posteriormente, algunos Principios importantes según ellos para lograr el tránsito democrático en Venezuela; hemos detectado que se corresponden casi plenamente con un Plan ideado desde antes del 2018 por el almirante estadounidense Kurt Walter Tidd. Entre ellos:
Breve análisis que ilustra la forma de pensar y actuar de los Comanditos y otros agresores.
La acción estratégica consistió en que con la excesiva violencia obtendrían sus propósitos, pero al fracasar (aun cuando costó la vida a 27 personas y heridas a 196, cien de ellas pertenecientes a los cuerpos de la seguridad del Estado) quedaron en un vacío afectivo puesto que no recibieron la aprobación de la ciudadanía ni de los movimientos sociales y partidos políticos.
Esas acciones no fueron al azar, estuvieron bien preparadas por los mecanismos al servicio del Componente Militar Industrial. Junto con el ataque mediático fascista han insistido y continuarán tratando de confundir a la juventud venezolana.
A la par de las acciones desestabilizadoras los sectores reaccionarios desarrollaron también una campaña contra jóvenes venezolanos entre 14 y 24 años a través de las Plataformas Sociales con “influencers” y “youtubers, encaminada a despolitizar a la Juventud, a que esta sienta normal esa agresividad porque el culpable de todo es Nicolás Maduro y el Gobierno.
Trataron, también sin resultados, de infundir esa matriz de opinión para cercenar las bases sociales y políticas de la idiosincrasia venezolana sobre todo con el objetivo de erosionar a la ideología chavista, y para tener en un “letargo” a los jóvenes en tanto aparente fuerza fácilmente manipulable desde los intereses desestabilizadores.
Los organizadores de los grupos violentos (previo al Golpe de Estado) optaron por deslegitimar al adversario con el propósito de reducir el impacto emocional en algunos sectores de la sociedad y así intentar mantener legítimamente el uso de la violencia. En ese sentido reiteramos que trataron por todos los medios posibles de culpar como responsable de la violencia al presidente Nicolás Maduro y su equipo de Gobierno.
En medio de la estrategia discursiva de deslegitimación del adversario se identificó el interés en tres procesos sociales que facilitan la participación de las personas en acciones violentas: cuando esas acciones son explícitamente ordenadas y aprobadas; cuando son necesariamente rutinarias; y cuando se trata de presentar al adversario como un ser deshumanizado.
En este caso los sectores reaccionarios hicieron creer a los agresores que María Corina Machado tenía todo bajo control y que una vez obtenida la victoria gozarían de algunas dádivas sociales y económicas, ellos y sus allegados. Desde un principio se vieron “frenados” a convertir a la violencia en rutina por cuanto no hubo aceptación y sí una contundente respuesta por parte del componente de la Unión Cívico Militar.
Incitaron a los votantes a que los apoyaran con la promesa de facilitarles una vida mejor y el regreso de familiares quienes están en el exterior. Utilizaron “sostenidamente” en su campaña el elemento “Familia” para tratar de ganar adeptos; obviando el éxito obtenido por el Gobierno venezolano con el Plan Vuelta a la Patria.
Exploraron la política de halcones que es cuando los lideres adoptan una capacidad agresiva, los de línea dura suelen ser concebidos como más fuertes e intransigentes. Esa fue una línea de pensamiento en la que insistieron: la solución a los problemas de Venezuela está en las manos de una líder fuerte que cuenta con el apoyo de los Estados Unidos; dejando de lado el desgaste ciudadano ante las más de 936 medidas coercitivas unilaterales provenientes de la nación del Norte.
A pesar de la intensidad en los mensajes de amenazas hacia los partidarios del Gobierno, no lograron el éxito planificado desde el punto de vista psicológico con las categorías Miedo, Inseguridad, Ira e Indignación.
La construcción del Otro como temible (gobierno chavista y fuerzas armadas represoras que no respetan los derechos humanos) no sostuvo la idea de la violencia en el tiempo, ni tan siquiera de las manifestaciones posteriores convocadas por la extrema derecha, a las que no asistió ni un veinte por ciento del total de votantes que tuvieron en las elecciones presidenciales ¿por qué?
Muchos de los que votaron por Edmundo González tampoco quieren violencia y por tanto no desean irrespeto institucional; el propio Edmundo ha dejado de asistir en tres ocasiones al Tribunal Supremo de Justicia con lo que ha cometido varios delitos: contumacia, usurpación de funciones, delitos cibernéticos, no acatamiento, y otros.
La indignación vive en la colectividad como muestra psicológica de que algo no está bien, y la ira busca la venganza. El propio presidente Nicolás Maduro ha reconocido que quedan por delante muchas cuestiones a resolver en el orden social, y eso ha sido entendido mayoritariamente, y lo reiteramos, como una muestra de confianza hacia el desarrollo de las políticas desarrolladas por el Gobierno para el fortalecimiento de la economía y la diversificación de la producción. Consecomercio, Fedecámaras y otras instituciones en las que habitan buena parte de la oposición lo han expresado, al igual que la inmensa mayoría, también lo reiteramos, de los ex candidatos presidenciales.
A modo de conclusión: El Gobierno venezolano y los Poderes Públicos deben mantenerse en alerta, la extrema derecha no cejará en su empeño destructor. Están en juego (para los sectores reaccionarios) los recursos naturales venezolanos, el posible ingreso a los BRICS, el intercambio creciente de Venezuela con Rusia, China y otras potencias, y los convenios contraídos con sectores económicos estadounidenses y europeos. EL FMI y la CEPAL han reconocido el crecimiento económico en más de un 8%. Frente a ello la inmensa mayoría de la ciudadanía venezolana continúa apostando por la defensa de la Soberanía.
Fuente: https://www.cipi.cu/el-complejo-militar-industrial-conoce-como-democratizar-a-venezuela/
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