El secretario de Estado de los EE.UU., Anthony Blinken, realizó su cuarto periplo africano en cuatro países costeros, del 21 al 26 de enero de 2024
Rodobaldo Isasi. Investigador del CIPI
El secretario de Estado de los EE.UU., Anthony Blinken, realizó su cuarto periplo africano en cuatro países costeros, del 21 al 26 de enero de 2024. Cabo Verde, Cote D’Ivoire, Nigeria y Angola fueron las plazas visitadas, todas con un vínculo bilateral con Washington en ascenso, sobre todo desde que la administración Biden puso en marcha la nueva Estrategia de los EE.UU. para África Subsahariana, presentada en Pretoria en agosto de 2022, por el jefe de la diplomacia estadounidense.[1]
Esta gira de Blinken, además de abarcar a países con costas marítimas en el océano Atlántico, tuvo en cuenta a aquellos representativos por idiomas oficiales (inglés, francés y portugués) en África Occidental, una subregión a la cual Washington le está brindando una atención prioritaria, atendiendo a los temas políticos, tales como golpismo, democracia, gobernanza y lucha contra la corrupción.
Los objetivos generales de la visita del titular diplomático a la región, se consagran en el impulso a la asociación en materia de seguridad y ampliación en los dominios de salud y desarrollo económico, de la misma manera que otras fuentes se hicieron eco de una agenda pública que contemplaba además clima y alimentación.
En Cabo Verde, Blinken sostuvo conversaciones con el primer ministro Ulisses Correia e Silva y visitó el puerto de la ciudad capital Praia, que recibió financiamiento para los esfuerzos de modernización consumados por parte del Millenium Challenge Corporation, institución del gobierno de los EE.UU.
En el diálogo, Correa e Silva subrayó que Cabo Verde comparte valores de democracia y buena gobernanza con los EE.UU., en lo que respecta a su política exterior, al patentizar:
“Nosotros condenamos la invasión de Rusia en Ucrania, condenamos el acto terrorista de Hamás en Israel, y defendemos las soluciones que hagan viable los dos estados de Israel y Palestina. Condenamos los golpes de estado y los cambios a los límites de mandatos constitucionales para los presidentes de la república que han ocurrido en África”.[2]
Por su parte, el alto funcionario estadounidense felicitó a Cabo Verde por la certificación de país libre de malaria, otorgada por la Organización Mundial de la Salud.
La visita del secretario de Estado Blinken a Praia sirvió para reafirmar la validez del Memorándum de Entendimiento sobre cooperación en materia de defensa, firmado en diciembre de 2022, enfocado en seguridad marítima.
Respecto a Cabo Verde merece apuntar que, en el transcurso del siglo XXI, se ha hecho patente su alineamiento al Occidente global, con hincapié en los vínculos con la Unión Europea y con los EE.UU., donde reside un segmento importante de su diáspora. Un hecho de significación política clave fue la detención y deportación a los EE.UU. del diplomático venezolano Alex Saab.
Más recientemente, el primer ministro Correia e Silva conversó con el presidente Volodímir Zelenski, durante el tránsito de su vuelo por el aeropuerto de Sal, rumbo hacia la toma de posesión del presidente Javier Milei, en cuyo contexto quedó por sentado la voluntad de ambos países de fortalecer los vínculos bilaterales.
En Abijan, durante el encuentro con la prensa, junto al presidente Alassane Ouattara, Blinken refirió que las conversaciones oficiales versaron sobre el crecimiento de los vínculos comerciales, en función de la creación de empleos en ese mercado africano, así como la inversión en las iniciativas de salud y el análisis de los retos de seguridad a nivel regional, sobre todo para África occidental.
Precisamente, Cote D’Ivoire ha sido uno de los países que en el marco de la CEDEAO (ECOWAS, en inglés) ha rechazado la ola de golpismo de años recientes en Mali, Burkina Faso, Guinea y Níger, acompañando a Ghana, Nigeria y Senegal, que han tenido una postura de oposición.
La visita de Blinken a Cote D’Ivoire es vista además por observadores como reflejo de los intereses estadounidenses en la estabilidad en el país africano, teniendo en cuenta, sobre todo, sus preparativos para las elecciones presidenciales en 2025.
En la II Cumbre EE.UU.-África fue evidente la prioridad otorgada por Washington en la agenda de ese foro de alto nivel del cumplimiento de los cronogramas electorales presidenciales, previstos entonces para 2023, lo cual se hizo efectiva en la reunión de Biden con sus homólogos, a cuyos países la Administración estadounidense prometió apoyo en financiamiento para el buen desenvolvimiento de dichos procesos, en cada escenario.
No obstante, Cote D’Ivoire ha estado bajo la lupa del Pentágono, junto a Ghana y Benín, para el establecimiento de al menos una estación de reconocimiento aéreo, como parte de la ampliación de instalaciones de drones en países costeros en África occidental dirigido a contrarrestar el avance islamista en la subregión.[3]
Fue en esta plaza donde el secretario de Estado de los EE.UU. prometió financiamiento adicional por un monto de 45 millones de dólares en materia de seguridad, que se añadirá a los 300 millones dispuestos a los países africanos costeros en África occidental desde 2022 y hasta el presente.
Nigeria era un destino obligado, si tenemos en consideración el peso específico de este país en la subregión y a nivel continental, además de ser una plaza relevante para Washington en materia de seguridad, atendiendo a su enfrentamiento directo al terrorismo islámico transnacional (ISIS, Boko Haram, por citar ejemplos).
Con un nuevo presidente al frente de las riendas de Nigeria, Bola Tinubu, la presencia de Blinken tuvo la intención de extender respaldo al nuevo ejecutivo, a la par que estimularlo a continuar con su estrategia local de combate al terrorismo, no sólo como necesidad local insoslayable, sino también como parte de los esfuerzos compartidos de Abuja con la subregión, y en la lucha contra la piratería en el Golfo de Guinea.
Al mismo tiempo, Nigeria es uno de los mayores productores de petróleo a nivel mundial, y primero en el continente, lo cual sigue siendo atractivo para los EE.UU. que, desde la administración de George W. Bush, estableció el tema energético como una cuestión de seguridad nacional, y ha tenido en esa región a un suministrador estable, así como una fuente de inversión importante en el destino africano.
Durante la estancia en Abuja del titular diplomático, el Dpto. de Estado emitió un documento que reseña el estado actual de las relaciones bilaterales,[4] que destaca aspectos sustanciales de esos vínculos, que referimos a continuación:
En Angola, Blinken sostuvo conversaciones con su homólogo Tete Antonio y con el presidente Joao Lourenco, que tuvo como tema esencial la situación de inestabilidad prevaleciente en el este de la República Democrática del Congo, donde el gobierno angolano ejerce esfuerzos diplomáticos para alcanzar una paz duradera, en medios de controversias acusatorias entre Kinshasa y Kigali y el vigor de las armas entre los rebeldes del M23 y el ejército congolés.
La visita tuvo lugar también en momentos en que el ejecutivo angolano ratificaba su voluntad de continuar su agenda anticorrupción, condición sine qua non argumentada por tiempo por los EE.UU. para ampliar las relaciones, enfocado además en los preparativos indispensables para llevar a la práctica los acuerdos alcanzados por el presidente angolano durante su visita oficial a Washington.
Asimismo, no menos relevante había sido la implementación de la salida de Angola como miembro de la OPEP; decisión esta que algunos observadores de la dinámica política de ese país austral han vinculado con la intención de fortalecimiento de vínculos entre Washington y Luanda, que involucra el ambicioso proceso inversionista estadounidense en el Corredor de Benguela (ferrocarril) que está conectado al denominado Copper Belt africano.
La presencia de Blinken en África subsahariana, a finales de enero de 2024, tuvo lugar en momentos en que los EE.UU. sigue comprometido con dos problemáticas medulares, que impactan en la paz mundial, como son la guerra en Ucrania y la agresión israelí contra la población civil palestina en Gaza (y Cisjordania), lo que a simple vista parecen ser inconvenientes para la prometida gira africana del presidente Biden.
Sin embargo, la visita del alto funcionario diplomático a la región reunió, en suma, el propósito de Washington de robustecer la Asociación para la Cooperación Atlántica,[6] que constituye un ambicioso proyecto sustentado en una visión multilateral estadounidense de las relaciones Norte-Sur,[7] en medio de la controversia estratégica con China, sin perder de vista también a Rusia y las sinergias que Beijing y Moscú han venido sustentando desde antes de la implementación de la Operación Militar Especial en Ucrania.
Con fecha 18 de septiembre de 2023 tuvo lugar el lanzamiento de la Asociación para la Cooperación Atlántica, con 32 miembros iniciales y los EE.UU. como patrocinador principal, cuyo escenario fue al margen de los trabajos del 78 período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, que conforma el nuevo foro multilateral e involucra a países de África, Europa, América del Norte, Sudamérica y Caribe.
Los miembros de la Asociación[8] que han adoptado la Declaración sobre Cooperación Atlántica asumen el compromiso de la apertura de un nuevo capítulo en la cooperación regional en la búsqueda de soluciones compartidas, así como la capacidad para enfrentar los retos atlánticos, en función de los intereses interconectados de prosperidad, seguridad, estabilidad y sostenibilidad.
A lo anterior, se añade el propósito de mantener una cooperación que garantice apoyo al crecimiento económico sostenible e inclusión social para los Estados atlánticos.[9]
Para Brookings Institution, la iniciativa de crear la Asociación para la Cooperación Atlántica se proyecta en el propósito de llenar una brecha existente en materia de gobernanza en esa órbita marítima, teniendo en cuenta el peso específico real del tráfico mundial, sobre todo comercial, a lo que se añade su condición de reservorio de energía, infraestructura y conectividad digital, pesca y clima.[10]
Al mismo tiempo, la citada fuente académica no pierde de vista que, desde el punto de vista conceptual, la Asociación es importante ante la noción prevaleciente de que cualquier coalición atlántica ha evocado mayormente la amistad (y los intereses) entre los EE.UU. y Europa, focalizados concretamente en la OTAN.
A partir de este nuevo foro, con la presencia de actores del Atlántico meridional, se pudiera alcanzar una nueva dimensión, como lo sugiere Daniel Hamilton, académico senior asociado de Brookings Institution, teniendo en cuenta la membresía de Brasil, que tendría la capacidad de ofrecer un signo de vínculo Sur-Sur, atendiendo a su condición de líder en tecnología renovable.[11]
No obstante, para Ali Kamal-Deen, director ejecutivo del Centro de Ley y Seguridad Marítima de África, con sede en Ghana, la mayor prueba de efectividad de la nueva asociación descansará en cuánto beneficio aportará a los países miembros en desarrollo, especialmente a los africanos.[12]
[1] En la II Cumbre EE.UU.-África, celebrada en la capital de la superpotencia, en diciembre de 2022, dio impulso a lo que quedó establecido en lo sucesivo como política Biden hacia el continente.
[2] Ching, Nike: Africa: Blinken Expresses U.S. Commitment to Boosting Africa Partnerships. Voice of America, 23 January 2024. Ver: https://www.allafrica.com/stories/202401230379.html.
[3] Phillips, Michael M.: U.S. Seeks Drone Bases in Coastal West Africa to Stem Islamist Advance. WSJ, Jan. 3, 2024 11:00 pm ET.
[4] Ver: www.allafrica.com/stories/2024013045.html
[5] IDEM
[6] En el contexto del periplo, el secretario de Estado Blinken mencionó que los cuatro países africanos visitados forman parte de los países miembros de la Asociación para la Cooperación Atlántica. Ver: Fabricius, Peter. Blinken’s Africa trip loops in new Atlantic Ocean partners. INSTITUTE FOR SECURITY STUDIES, 26 Jan 2024, issafrica.org.
[7] Jessye Lapenn. Embajadora y coordinadora senior del Buró para Cooperación Atlántica, Océanos y Asuntos Científicos y de Medio Ambiente Internacional del Dpto. de Estado. Desde febrero de 2023 ha dirigido el desarrollo de la Asociación para la Cooperación Atlántica, un nuevo foro multilateral que reconoce al Océano Atlántico como un espacio de convocatoria integral de colaboración sobre oportunidades y retos compartidos para las naciones costeras. Previamente, se desempeñó como embajadora ante la Unión Africana y representante permanente de los EE.UU. en la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África. Sirvió además como encargada de negocios en la Misión de los EE.UU. en Sudáfrica, desde 2016-2019, así como jefa adjunta de Misión en la Embajada de los EE.UU. en Rwanda, desde 2012 a 2014.
[8] Los miembros de la Asociación para la Cooperación Atlántica que adoptaron la Declaración sobre Cooperación Atlántica, hasta el 23 de febrero de 2024, son: Angola, Argentina, Bélgica, Belice, Brasil, Cabo Verde, Canadá, Costa Rica, Cote D’Ivoire, Dominica, España, Estados Unidos, Gabón, Gambia, Ghana, Guatemala, Guinea, Guinea Bissau, Guinea Ecuatorial, Guyana, Irlanda, Islandia, Liberia, Marruecos, Mauritania, Nigeria, Noruega, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, República del Congo, República Dominicana, Sao Tomé y Príncipe, Senegal, Sierra Leona, Surinam, Togo y Uruguay.
[9] Ver: www.whitehouse.gov/briefing-room/statementes-releases/2023/09/18/declaration-on-atlantic-cooperation/…
[10] Fabricius, Peter. IDEM.
[11] IDEM.
[12] IDEM.
Fuente: https://www.cipi.cu/estados-unidos-africa-y-la-asociacion-para-la-cooperacion-atlantica/
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