En todo el proceso de reforma, el Partido Comunista ha preservado su rol dirigente y, al propio tiempo, el timón del rumbo político del país en todos los ámbitos.
Embajador de Cuba en China
Resumen: Los intentos de explicar lo sucedido en China a partir del inicio de las reformas en 1978, a partir de certezas e interpretaciones generalmente aceptadas por la “teoría clásica” resultan, cuando menos,
contradictorios e insuficientes, en tanto insisten en aplicar marcos teóricos ajenos a las peculiaridades del caso chino. El objetivo de este artículo es reflejar cómo, en el diseño y aplicación de sus reformas, el Partido Comunista y el Estado chino no se han limitado a ajustes puntuales o al uso de instrumentos convencionales de política económica liberal, sino que han propiciado una transición gradual y sistémica hacia un nuevo modelo de funcionamiento político y económico arraigado en su propia historia, tradiciones y contexto particular, adaptando las concepciones marxistas a su realidad y haciendo aportes a la causa del socialismo.
En todo el proceso de reforma, el Partido Comunista ha preservado su rol dirigente y, al propio tiempo, el timón del rumbo político del país en todos los ámbitos. El presente texto aborda experiencias y ejemplos que muestran la capacidad del liderazgo chino para adecuarse a circunstancias y exigencias muy cambiantes, manteniendo inalterable la intencionalidad y la orientación política de su proyecto y reafirmando su liderazgo en el ejercicio del poder político, fijando prioridades y objetivos, y conduciendo el sistema económico al logro de sus metas estratégicas y fundacionales.
Tomado de https://cna.cipi.cu/cna/article/view/77
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